Es una época de crisis económica y general, la 2ª Guerra
Mundial.
La Segunda Guerra Mundial iba a traer grandes cambios para la
mujer.
Por esta situación, la estética adopta una serie de
características.
Se pierde el color, todo se vuelve oscuro y triste.
La mujer comienza a trabajar en la industria mientras los hombres van a luchar a la guerra.
La materia prima escasea, la ropa se vuelve más ajustada, muchas mujeres fabricaban ropa para ellas o sus hijos con telas como las de unas cortinas viejas, mientras que los pequeños reutilizaban la ropa de sus hermanos mayores.
Se llevan las faldas de tubo, hombreras, la figura de la mujer tiene un corte más masculino.
Las medias ya no sólo son de seda, aparece el nylon, por lo que son más asequibles, pero debido a la gran crisis económica del momento muchas mujeres simulaban llevarlas pintándolas sobre sus piernas.
Los perfumes desaparecen del mercado.
Y por sobre todas las cosas se les exigió que fueran femeninas, de modo tal que el cuidado personal, la limpieza, el arreglo del cabello y el maquillaje eran sumamente deseados y esperados en una mujer. Se llegó a tal punto que se hicieron películas que le enseñaban a las mujeres cómo maquillarse.
El maquillaje logra resistir dando vida a un rostro triste pero lleno de glamour.
La década de los 40 aporta novedades en el maquillaje, el modelado del rostro, creando profundidades en mandíbulas y pómulos, dando forma a un rostro duro y con carácter. Los ojos también se modelaban mediante una "banana" muy marcada.
El trazo del eye-liner es más pronunciado y grueso.
La ceja se articula, aunque natural, creando una forma
llamada "ala de paloma".
La boca se agranda y el trazo se bombea de la comisura al
centro, muy carnosa y redondeada. Los tonos son marrones, granates generalmente
oscuros.
El peinado suele ser recogido y con ondas.
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